El origen del tatuaje data de más de 5,200 años y aunado a sus inicios ancestrales, así como su importancia en la creación de identidad, los hombres y mujeres que han decidido colocarse tinta en la piel han cargado históricamente con una marca de estigmatización y hasta de criminalización, aislándolos de ciertas esferas como el sector salud, específicamente en la donación de sangre, donde aún persisten mitos sobre dichas acciones. IR AL ARTÍCULO.
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